REFLEXIONES PARA VIVIR

Phyllys McGinley escribió: «He leído que, durante el proceso de canonización, la Iglesia Católica exige pruebas del gozo del candidato, y, a pesar de que no he podido localizar el capítulo y el versículo, me gusta la sugerencia de que lo serio no sea un atributo sagrado». El gozo se presenta en la Palabra de Dios como una característica del verdadero cristiano, y como una marca distintiva de aquellos que van en la peregrinación cristiana rumbo al cielo.Algunos justifican su adustez diciendo que Jesús nunca sonrió. En la película El nombre de la rosa se produce un debate entre varias órdenes monásticas sobre el tema de que Jesús nunca se rio. En el encuentro dramático entre el monje investigador, Wil-liam de Baskerville, y el monje asesino, el primero pregunta: «¿Por qué es tan inquietante la risa?» Y el segundo responde: «Porque la risa mata el temor, y sin temor no puede haber fe».Es una teología equivocada. La vida de Jesús era una vida llena de gozo. Tenía una sonrisa constante. Por eso los niños eran felices en su presencia. Una de las bendiciones más grandes de la vida cristiana es que está llena del gozo de Cristo.No se puede concebir de otra manera al verdadero cristiano que rebosante de gozo. Como dijo Pablo, «Regocijaos en el Señor, siempre. Otra vez dijo, regocijaos» (Fil. 4: 4). Por eso, se puede decir que donde se encuentran los verdaderos discípulos de Jesús, siempre habrá risas y sana alegría. Como dice nuestro texto de hoy, cuando el Señor cumpliera todas sus promesas a Israel, la mejor forma de expresar el gozo que los invadiría sería una risa que saldría de la profunda felicidad del corazón. Las naciones que rodeaban a Israel veían constantemente los milagros de Dios en favor de su pueblo escogido. Y, cuando vieran a los cautivos retornar, dirían: «Grandes cosas ha hecho Jehová con estos».El cristiano tiene mil razones para estar feliz. Sobre todo, disfruta de la presencia permanente de Jesús, quien le ayuda a ver más allá de las circunstancias difíciles. Su fe y su confianza en el Señor lo ayudan a no ver las espinas, sino las rosas; no ver el lodo, sino los lirios; no ver el problema, sino a Jesús.La Palabra de Dios no aconseja, sino que ordena, que el cristiano esté siempre gozoso. En todo caso, el gozo no es un requisito de la vida cristiana, sino una consecuencia. Que el gozo de Cristo llene hoy tu corazón.