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Archive for marzo 2015

Ser humilde requiere eliminar el ego y el orgullo. Ser humilde requiere eliminar el espíritu de competencia entre nosotros. La competencia suele promover el concepto de que una persona es la primera y la mejor, mientras que las demás están por detrás. Esto puede causar que quienes están adelante se enorgullezcan, y quienes están detrás se sientan humillados e inferiores.

Cristo desea que evitemos el orgullo y el ego, los ladrillos que edifican las competencias. Como seguidores de él, nos indica que nos apoyemos unos a otros, y que alcancemos a nuestros hermanos y hermanas que estén en necesidad o en situaciones difíciles. 

Deberíamos hacer esto sin importar la posición que tengamos en la sociedad, nuestro nivel de educación ni cuánto dinero tengamos en el banco. No podemos lograr ser humildes tratando de ser humildes, suprimiendo nuestro orgullo o escondiendo nuestro ego. 
Recibimos humildad cuando oramos pidiendo a Dios que nos ayude a olvidar nuestro estatus por el bien de los demás.

A continuación, presentamos algunos puntos que debemos recordar en nuestro camino a la humildad.

1. Ponte último. Si realmente deseas ser humilde, debes poner los Intereses de los demás primero. Esto promoverá en ti un espíritu de servicio desinteresado. Pide a Dios que te ayude a reconocer las necesidades de los demás y a ayudarlos con un corazón dispuesto.

2. Sé sumiso. Una persona humilde es sumisa a la corrección de Dios y busca entendimiento en él. La humildad es sinónimo de mansedumbre, que forma parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22, 23). La humildad no puede habitar en una persona orgullosa, que siempre piensa que es mejor que los demás.

3. No esperes agradecimiento. Cuando la humildad vive en tu corazón, eres capaz de bendecir a otros sin esperar nada a cambio. Ese es el espíritu de liderazgo de servicio que Cristo nos enseñó.

Piensa en cómo has tratado a otros, especialmente a aquellos que sientes debajo de ti (la mayoría de nosotros tuvimos estos sentimientos alguna vez, ¿verdad?). ¿Cómo puedes corregir eso? ¿Cómo puedes tener la humildad necesaria para corregirlo?

Tomado de Proverbios : Lección para Jóvenes,  Primer  trimestre - 2015.

                                                   JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
                                                www.facebook.com/reflexionesparavivir
La humildad es una virtud que todo cristiano necesita tener; especialmente, quienes ocupan cargos de liderazgo. La mejor manera de aprender humildad es por medio de la vida de Cristo. Muchas personas, incluidos sus discípulos, no entendieron a qué se refería con un liderazgo de servicio.
Dejar la segunda posición más importante en el cielo para venir a vivir en la Tierra, con seres humanos pecadores, fue un acto de humildad. No obstante, la mayoría de las personas, entonces y ahora, consideran la humildad como una cualidad inferior. Pero, la manera en que Cristo la expresó en su vida puede cambiar esa perspectiva (Mateo 20:28; Filipenses 2:3-8).

John Dlckson, historiador y comentador social, cree que es Importante entender la compleja relación entre el liderazgo y la humildad, a fin de que las personas puedan guiar a través de la persuasión, el ejemplo y la Influencia, antes que desde una posición de autoridad. La historia de Roboam
es un ejemplo de la manera en que puede afectar a la gente el gobernar desde una posición de autoridad (1 Reyes 12:1-24). El orgullo terco y la autoridad poderosa no son una buena combinación para hacer a un buen dirigente. Un buen líder debería ser humilde, y debería ayudar a transformar
la vida de las personas para mejor.

"El verdadero poder del liderazgo efectivo es maximizar el potencial de las otras personas; lo cual inevitablemente demanda que se les dé el crédito. Cuando nuestro ego no nos permite acceder a que otra persona avance, la efectividad de la organización disminuye. Cuando los líderes parecen distantes e inaccesibles, los admiramos, pero no los imitamos. A los líderes humildes no solo los admiramos: aspiramos a ser como ellos". 1

La humildad nos ayuda a generar nuevo conocimiento y habilidades, porque cuando somos humildes reconocemos nuestra incapacidad. Tal era el carácter de Jesús, quien dejó su rol en el cielo para marcar una diferencia en nuestra vida pecadora en esta Tierra. Su cruz debería transformar nuestra perspectiva sobre la humildad, para reconocer nuestra debilidad y permitirle que sea nuestro guía.

Es muy extraño que una persona orgullosa quiera aprender; pero, una persona humilde se Interesa por el nuevo conocimiento, especialmente cuando se trata de su relación con Cristo.
Tomado de Proverbios : Lección para Jóvenes,  Primer  trimestre - 2015.

                                                   JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
                                         www.facebook.com/reflexionesparavivir

Hoy en día, se está difundiendo cada vez más la idea de que no hay que arrepentirse de nada. En la base de este pensamiento está el concepto de que no somos malos, sino que al buscar y tantear medios para ser felices a veces nos equivocamos.
David, luego de su terrible pecado de adulterio con Betsabé y de homicidio del marido de ella, Urías, fue interpelado por el profeta Natán, enviado por Dios, para ser salvado del camino de perdición en el cual se había embarcado (ver 2 Sam. 12:1-9). David, entonces, reconoce su maldad, se arrepiente y escribe el Salmo 51.
Allí, David reconoce que lo único que le da derecho al perdón de Dios es la misericordia misma de su Creador, y se refugia en ella: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia, conforme a la multitud de tus piedades” (Sal. 51:1).
Pero no solo pide el perdón de su pecado, no solo quiere asegurarse el favor de Dios y su apoyo en esta vida, sino también, por sobre todo, al sentirse sucio, ruega una limpieza interior, una purificación, un corazón nuevo: “Lávame más y más de mi maldad, y limpíame de mi pecado… lávame, y seré más blanco que la nieve… Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Sal. 51:2, 7, 10).
La escritora cristiana Elena de White lo describe así: “El arrepentimiento incluye tristeza por el pecado y su abandono. No renunciaremos al pecado a menos que veamos su pecaminosidad; mientras no lo repudiemos de corazón, no habrá cambio real en la vida”
¿Sientes que tu vida necesita un cambio? ¿Aspiras a una vida más noble y pura? No olvides que, como dice David acerca de Dios: “Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Sal. 51:17).
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido”. Por: Pablo Claverie.
                   No olvidemos  el mensaje de la Palabra de Dios y pidamos:                         " Lávame más y más de mi maldad, y limpíame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones… Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve… Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi" .
                                                                            Salmo 51:2, 3, 10. 

Que cada día permitamos y pidamos que nuestro Amado Dios nos limpie y purifique y  que el haga su obra en nosotros y por sobre todo pidamos que nos use para ser instrumentos suyos para que otros conozcan de su poder restaurador y purificador.
                                                               JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                          DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
                                                      www.facebook.com/reflexionesparavivir

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