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Archive for septiembre 2012


¿Qué responderías si te preguntaran cuáles son tus prioridades en la vida? Otra pregunta: ¿Qué hiciste para dar el primer lugar en tu vida a lo que es realmente importante? Cuando de prioridades se trata, la siguiente ilustración de Stephrn Covey te puede ayudar.
Imagina una mesa sobre la cual hay una cubeta parcialmente llena de piedras pequeñas. Estas piedrecillas representan las cosas que no son importantes en tu vida. Sobre la mesa hay también varias piedras grandes, que representan las cosas que si son muy valiosas para ti. Se te pide entonces que intentes meter dentro del cubo tantas piedras grandes como sea posible. ¿Cuántas podrías meter siendo que el cubo ya está parcialmente ocupado por las piedrecillas? ¿Tres? ¿Cuatro? El caso es que podrías introducir muy pocas.
Supongamos ahora que sacas de la cubeta las piedrecillas y comienzas a llenarla con las piedras grandes primero. Ahora ya no son tres o cuatro las que logras meter. Colocas una tras otra, y otra, y otra… hasta que, increíblemente, logras meter todas las piedras.
No obstante, el experimento no termina allí. Tomas ahora las piedrecillas y las colocas en el cubo donde ya están las piedras grandes. ¿Qué observas? Las piedrecillas entran al cubo por los espacios que separan las piedras grandes, hasta que ya no hay espacio para una más. Ahora el cubo está lleno (The Seven Habits of Highly Effective Families [Los siete hábitos de las familias muy efectivas], pp. 160, 161).
¿Cuál es la lección? Si las piedras grandes no entran primero, difícilmente entrarán después. Es decir, organiza tu tiempo de manera que las cosas más valiosas reciban la mayor atención. Después que esas prioridades estén bien atendidas, dedícate entonces a las de menor importancia. Si alguna de estas pequeñeces queda sin atender, no será mucho lo que se perderá. En cambio, si las «grandes piedras» (Dios, la familia, la salud, los estudios…) quedan fuera de tu vida, sufrirás una pérdida incalculable. De las cosas que de verdad cuentan para ti, ¿qué está dentro de la «cubeta» y qué está fuera?  Hoy tienes la preciosa oportunidad de dar a cada aspecto de tu vida la importancia que realmente se merece. Solo tú puedes decidir qué quedará dentro y qué quedará fuera.
“Dios mío, concédeme sabiduría al organizar mis prioridades de manera que lo importante para ti también lo sea para mí”
                          Tomado de Meditaciones Matutinas para Jóvenes
                                Dímelo de frente - Por Fernando Zabala.
Recordemos el consejo bíblico para hoy, que nos dice: "Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas". Mateo 6:33 (NVI)
JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR


¿Copiarías en un examen si de esa prueba dependiera tu graduación universitaria?
Hace años un equipo de investigadores condujo un estudio sobre la honestidad académica. Un total de trescientos alumnos universitarios seleccionados al azar respondieron, entre otras, a las siguientes preguntas:
Consideras incorrecto…
1. ¿Copiar en un examen las respuestas de otro alumno?
2. ¿Copiar un trabajo de un compañero de estudios?
3. ¿Copiar de un libro palabra por palabra sin dar crédito al autor?
Aproximadamente el noventa por ciento consideró que todas esas prácticas eran incorrectas. Hasta allí, todo bien. Pero la verdad de los hechos apareció más adelante en el cuestionario, cuando los investigadores introdujeron una ligera modificación a la misma pregunta: «¿Harías cualquiera de estas cosas si estuvieras seguro de que nunca serías descubierto?». Esta vez los resultados cambiaron por completo. Más de la mitad de los participantes respondió que copiarían si tuvieran la seguridad de que nunca serían descubiertos (Thomas Lickona, Educatingfor Character [Educación para el carácter], pp. 57, 58).
¿Por qué esta diferencia en los resultados? La segunda pregunta dio a los estudiantes la seguridad de que la conducta errónea jamás sería descubierta. Y esta información fue todo lo que algunos necesitaron para admitir que harían lo que antes habían calificado como incorrecto.
¿Tú qué piensas? ¿Qué se puede esperar de un joven que evite hacer lo malo Solo por el temor a ser descubierto?
Nuestro verdadero carácter se revela cuando nadie nos está viendo, porque es en privado, cuando nadie nos mira, cuando se revela lo que verdaderamente somos.
¿Hasta qué punto armoniza tu vida en privado con tu vida en público? Vive siempre como si estuvieras en la presencia de Dios.
 No existe mejor escudo contra la tentación, tal como lo expresa Elena G. de White: «Como escudo contra la tentación e inspiración para ser puros y sinceros, ninguna influencia puede igualar a la de la sensación de la presencia de Dios» (La educación, p. 231).
«Señor, ayúdame a estar siempre consciente de tu presencia, no importa dónde yo esté ni cuales sean las circunstancias.”

Tomado de Meditaciones Matutinas para Jóvenes
                                          Dímelo de frente - Por Fernando Zabala.
Recordemos el consejo bíblico para hoy, que nos dice: “Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él; todo está claramente expuesto ante aquel a quien tenemos que rendir cuentas. Hebreos 4:13″
JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR




«¡Este es mi día de suerte!», exclama uno. «Me persigue la mala suerte», dice otro. «¿Cómo puedo mejorar mi suerte?», pregunta un tercero. Esta es la manera usual como mucha gente entiende los sucesos comunes de la vida. Pasan sus días esperando «el golpe de suerte». ¿Qué actitud debería tener el joven cristiano? Una antigua historia que relata Max Lucado nos puede ayudar a responder esta pregunta.
Se cuenta que un anciano campesino tenía un hermoso caballo. Mucha gente quería comprárselo, pero el hombre por nada del mundo quería venderlo. Cierto día el caballo se escapó. Entonces los vecinos visitaron al anciano. — ¿No es una señal de mala suerte que su caballo se haya ido? —Si es buena o mala suerte, no lo sé —respondió el campesino—. Solo Dios lo sabe.
Días después el caballo regresó con una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos lo visitaron de nuevo. Esta vez para felicitarlo por su buena suerte —Si es buena o mala suerte, no lo sé —dijo—. Solo Dios lo sabe.
Al poco tiempo de la llegada de los caballos, el panorama cambió por completo: el hijo del campesino se cayó de uno de los caballos y se fracturó una pierna. Nuevamente llegaron los vecinos, esta vez para decirle que se habían equivocado al decir que tenía buena suerte.
—Si es buena o mala suerte, no lo sé. Solo Dios lo sabe.
Semanas después estalló una guerra entre su país y un país vecino. Se decretó que cada joven mayor de edad que estuviera sano tenía que ser reclutado. El hijo del anciano fue excluido por tener una pierna fracturada. Otra vez vinieron los vecinos…
—Si es buena o mala suerte, no lo sé. Solo lo Dios sabe (In the Eye of the Storm [En el ojo de la tormenta], pp. 144-147).
¿Tenía el anciano buena suerte o mala suerte? La respuesta del cristiano es: Ni la suerte ni el destino dirigen nuestra vida. No hay que consultar el horóscopo ni a los adivinos porque ¡es Dios quien dirige nuestras vidas! Su Palabra nos guía, su poder nos sostiene y él está de nuestra parte en las buenas y en las malas. ¿Qué más se puede pedir?
«Gracias, Señor, porque mi vida está en tus manos.  No hay mejor lugar donde yo pueda estar.”
                          Tomado de Meditaciones Matutinas para Jóvenes
                                Dímelo de frente - Por Fernando Zabala.
Recordemos el consejo bíblico para hoy, que nos dice: “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman. Romanos 8:28″
JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR

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Los psicólogos han dividido a los seres humanos en muchas categorías, pero me gusta en particular la forma como lo hace el escritor William Barclay. En opinión de Barclay, la gente se puede dividir en dos grandes grupos:
1. Los que ante los desafíos dicen: «Es imposible».
2. Los que ante los mismos desafíos responden: «Vamos a intentarlo».
Como ejemplo, este autor menciona la orden que el Señor dio a los discípulos de predicar el evangelio «hasta en las partes más lejanas de la tierra» (Hech. 1:8).
¿Puedes imaginar lo que significaba para un puñado de discípulos, sin estudios, el desafío de cubrir toda la tierra con el mensaje de salvación? En realidad eran apenas unos centenares de creyentes (ver Hech. 1:15; 1 Cor. 15 6). Unos centenares, ¿para evangelizar a cuántos? ¡A todo el mundo conocido!
Ante semejante desafío, ¿cómo culpar a los que dijeron: «Esta tarea es imposible»? Pero los discípulos obedecieron la orden de su Señor de ir «a las gentes de todas las naciones» (Mat. 28:19). ¿Cuál fue el resultado? Que a través de los siglos, millones de personas han aceptado a Cristo como Salvador, incluyéndote a ti y a mí.
¿A qué clase perteneces tú? ¿A los que ante los desafíos dicen: «Es imposible» ? ¿O a los que responden: «Vamos a intentarlo» ?
Piensa por un momento en los desafíos que ahora mismo estás enfrentando. ¿Tienes problemas con tus mejores amigos o amigas? ¿Piensas que nunca te vas a casar porque nadie se fija en ti? ¿Estás luchando con un vicio que quiere esclavizarte? ¿Hay en tu vida algún pecado acariciado, que con el transcurso de los días se ha estado fortaleciendo? En tus estudios, ¿hay alguna materia que temes pueda arruinar tus aspiraciones de graduarte?
La lista puede ser interminable, pero cualquiera sea el desafío que ahora mismo estés enfrentando, no digas: «No puedo vencer». Tú y yo no somos de los que dicen: «Es imposible». Al contrario, pertenecemos al grupo de los que dicen: «A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece» (Fil. 4: 13).
«Señor, decido ahora mismo entregarte mí vida. Sostenme con tu mano poderosa al enfrentar los desafíos de este día”
                         Tomado de Meditaciones Matutinas para Jóvenes
                                Dímelo de frente - Por Fernando Zabala.
Recordemos el consejo bíblico para hoy, que nos dice: “Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: «No temas, yo te ayudaré» Isaías 41: 13, NVI
JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR



Cualquiera que vea por primera vez el nacimiento de una jirafa, muy probablemente pensará que la madre es la más cruel del mundo animal. Apenas la jirafa bebé sale del vientre materno, lo primero que trata de hacer es pararse sobre sus débiles patitas. Cuando lo logra, entonces ocurre lo que uno menos espera. La madre la patea hasta enviarla al suelo, para que se levante de nuevo. Si no lo hace, la madre insistirá hasta que lo logre.
Cuando la jirafa bebé finalmente logra levantarse, la madre la envía otra vez al suelo. Pero no se trata de «abuso infantil», en absoluto. La madre sabe que la jirafa recién nacida necesita fortalecer sus piernas lo antes posible para que pueda avanzar con el resto del rebaño. No hacerlo equivale a convertirse en un suculento desayuno para los hambrientos depredadores que abundan por los alrededores.
La conducta de la madre jirafa no es muy diferente de la de nuestros padres cuando intentan prepararnos para la vida. Lo que ellos quieren es equiparnos con principios y valores que nos permitirán no solo sobrevivir, sino también triunfar en una sociedad que se muestra cada vez más complaciente con el mal.
En el momento nos resulta fastidioso que nos impongan límites, pero la verdad es que, sin esos reglamentos, nuestro desarrollo integral jamás se haría realidad. Ya sabes a qué me refiero. A nadie le gusta que se le diga lo que tiene que hacer. Creemos que «nos las sabemos todas». Pero la realidad es que los adultos han vivido durante más tiempo. Ya saben por experiencia que sin límites no hay desarrollo. Durante años, cuando tuve tu edad, me costó entender por qué mis padres exigían el cumplimiento de reglas en nuestro hogar. Ahora que yo mismo soy padre, lo entiendo perfectamente. Y doy gracias a Dios porque mis padres fueron constantes en la aplicación de esas reglas. Cuando tus padres te exijan obediencia, o cuando te «empujen» para que salgas adelante, recuerda que la jirafa madre patea a su bebé porque sabe que solo así podrá sobrevivir en un mundo hostil. Y recuerda, una vez más:
SIN LÍMITES NO HAY DESARROLLO.
«Ayúdame Señor, a escuchar al sabio consejo de los adultos que desean sinceramente mi bienestar».
                          Tomado de Meditaciones Matutinas para Jóvenes
                                Dímelo de frente - Por Fernando Zabala.
Recordemos el consejo bíblico para hoy, que nos dice: Hijos, obedezcan en todo a sus padres, porque esto agrada al Señor. Colosenses 3:20.
JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
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