La
joven protagonista de nuestra lectura para hoy ha sido la única atleta dueña,
simultáneamente, de todas las mejores marcas en nado libre, y la única en ganar
tres medallas olímpicas en tiempo récord. Cuando apareció en el escenario
deportivo de su país natal, Australia, tenía apenas 13 años. Para el momento de
su retiro, ya había impuesto once marcas mundiales y había ganado cinco
medallas olímpicas. ¿Quién fue ese «torbellino» de la natación? Esa jovencita,
hoy ya adulta, se llama Shane Gould.
Shane
no solo tenía excelentes condiciones físicas; además, siempre esperaba que
ocurriera lo mejor. Esta cualidad de Shane se hizo evidente en una de sus
competencias en los Estados Unidos. Cuando un periodista le preguntó qué
resultados esperaba de la competencia, sin vacilación respondió: «Tengo el
presentimiento de
que hoy se va a establecer una marca mundial en este lugar». Ese día
estableció, no una, sino dos marcas mundiales: en los 100 y en los 200 metros
estilo libre.
Sin
embargo, ahí no terminó la historia. Cuando enfrentó la prueba más dura, los
400 metros, le preguntaron qué esperaba. Respondió: «Mis padres me han
prometido que si gano me llevarán a Disney ¡y salimos mañana!» (Víctor
Parachin, «Diez pasos para mejorar la autoestima», Listen, mayo de 2000, p.
11).
Eso
se llama optimismo. Las investigaciones han demostrado que en comparación con
los pesimistas, los optimistas son más felices, tienen más éxito en la vida,
obtienen mejores calificaciones en los estudios y disfrutan de mejor salud (Martín
Seligman, Learned Optimism [Optimismo aprendido], pp. 15,16).
¿En
qué se diferencia el pesimista del optimista? Según el psicólogo Martín
Seligman, la actitud dominante en el pesimista es la creencia de que nada de lo
que haga cambiará las cosas: «Soy malo con las matemáticas, y no importa cuánto
me esfuerce, siempre lo seré». El optimista, por el contrario, cree que puede
cambiar las cosas que le suceden por medio de sus acciones voluntarias: «No soy
muy bueno con las matemáticas, pero si me esfuerzo podré dominarlas».
Es
verdad que muchas cosas escapan a nuestro control, pero también hay muchas que
sí podemos controlar. ¿Podrías pensar en algunos aspectos de tu vida que
hoy mismo podrían cambiar para bien con un poco de esfuerzo, una buena dosis de
optimismo y fe en Dios?
Ayúdame, Señor, a hacer hoy lo mejor y a esperar lo mejor.
Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente - Por Fernando Zabala.
Recuerda , se optimista porque la palabra de nuestro amado Dios nos
dice:
El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado
sus bondades. Cada mañana se renuevan”( Lamentaciones 3:22,23)
Que nuestro amado Dios, nos ayude
a ser siempre positivos , aun en medio de las dificultades.
JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR