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Archive for noviembre 2011

¿Cuál es la función de la Biblia, en el desarrollo de la fe? Muchas personas relacionan la fe solamente con el sentimiento y las emociones. Sin duda, las emociones forman parte de la experiencia humana. Pero, la Biblia afirma que el fundamento de nuestra fe es Jesús. Si esto es verdad, conocer a Jesús se vuelve indispensable en la vida del cristiano; y la única manera de conocerlo es conviviendo con él.
Surge, entonces, otra pregunta: ¿Cómo se convive con Jesús? Aquí entran en juego tres elementos necesarios: la oración, la testificación y el estudio diario de la Biblia. El propio Señor Jesucristo dijo, en cierta oportunidad, refiriéndose a las Escrituras: "Ellas son las que dan testimonio de mí". No puede haber declaración más clara: es mediante el estudio de la Biblia que llegas a conocer a Jesús, a confiar en él y a saber que nunca te fallará.
Pero, este estudio de la Biblia no puede ser algo simplemente teórico e intelectual: no puedes ir a la Biblia solo en busca de argumentos o conoci­miento teológico, sino en busca de compañerismo con Jesús. Lee la Biblia como si fuese una carta personal, que Jesús te escribió. Colócate en el centro de las historias que lees. Cuando lees acerca de Daniel, tú eres Daniel; imagí­nate siendo llevado a la cueva de los leones por obedecer a Dios. Cuando lees acerca de María Magdalena, tú eres esa mujer cansada de pecar, que un día se encontró con Jesús. Cuando encuentras, en la Biblia, la historia de José, colócate en su lugar; imagínate siendo vendido por tus hermanos y siendo llevado a un país extraño, en fin...
Lee la Biblia en primera persona del singular. Cada vez que dice "ellos" o "nosotros", colócate a ti, y aplica los consejos bíblicos a tu experiencia y a las luchas que estás enfrentando en ese momento. Así, conocerás a Jesús y él será el fundamento de tu fe; podrás confiar en él, porque llegaste a conocerlo por medio del estudio de la Biblia.
No te atrevas a vivir sin Jesús: sin él, la vida es una simple sobrevivencia. Él es el fundamento de una vida feliz, porque es el fundamento de tu fe; y la vida del cristiano es una vida de fe. Y recuerda lo que él declaró: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios"(Romanos 10:17).

                                          Tomado del Libro de Meditaciones Matinales 2011, del Pr. Alejandro Bullón.

  Solo conociendo al Dios de la Biblia y su actuar a lo largo de la historia de la humanidad, podremos tener  fe en sus promesas y creer en el,  sin desviarnos de su amor.

                                                                                JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                          DIRECTOR DEL WEB BLOG "REFLEXIONES PARA VIVIR"


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Uno de los peligros que los cristianos corremos es pensar que Dios está preocupado solo con el hecho de que nos portemos bien y practiquemos obras justas. Claro que a Dios le gusta ver obras de justicia en la vida de sus hijos; pero como un resultado, y no como la causa. Tú no eres justo porque practicas obras justas: tú realizas obras justas porque eres justo. Lo primero que debes hacer, en la vida cristiana, es ir a Jesús, y no tratar de fabricar tu propia justicia.
La justicia humana es trapo de inmundicia para Dios. ¿Por qué? Porque es solo apariencia. Ese era el problema de los fariseos en el tiempo de Cristo: se esforzaban por ser buenos, pero solo por fuera; en el fondo, no pasaban de ser gente pecadora. Y Jesús los llamó sepulcros blanqueados: blancos por fuera, pero hueso y carne putrefacta, por dentro.
Con el fin de ser un buen cristiano, no basta hacer cosas buenas o justas: es necesario ser justo. Y se es justo solo cuando se vive una vida de comunión diaria con la Persona justicia, que es Jesús.
La línea divisoria es tenue, casi imperceptible. Y existen dos extremos terribles: el primero, es el de pensar que relacionándote con Cristo tu salva­ción está garantizada, y no tienes que preocuparte por las buenas obras. El otro extremo es el de pensar que, sin obras, no hay cómo probar que eres un cristiano, y olvidándote de Jesús correr la carrera sin sentido, en busca de buenas obras.
Al fin de cuentas, ¿cómo saber que realmente confías en Jesús y que tus buenas obras son fruto de tu relacionamiento con él? Es fácil. Existe un ter­mómetro que solo Dios y tú conocen; nadie más lo puede ver: ese termó­metro es la cantidad de tiempo que pasas diariamente con Jesús, en oración, estudio de la Biblia y meditación.
Cada vez que te arrodillas antes de salir para el trabajo, estás expresando a Jesús, sin palabras, pero con tu actitud, lo siguiente: "¿Sabes por qué estoy aquí, arrodillado? Porque sin ti no puedo hacer nada". Y cada vez que partes sin pasar tiempo con Dios, le estás diciendo lo contrario.
Haz de este un día de comunión. "Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios"(Romanos 10:3)

                              Tomado del Libro de Meditaciones Matinales 2011, del Pr. Alejandro Bullón.

 Que jamás olvidemos que solo al lado de Dios podremos ser verdaderamente justos. Todo lo demás es imitación sin sentido . El Dios justo es un Dios de amor y su ley de amor es reflejo de ambas características que debemos imitar.

                                                                                JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                          DIRECTOR DEL WEB BLOG "REFLEXIONES PARA VIVIR"

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