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«Somos novios, pues los dos sentimos mutuo amor profundo; y con eso ya ganamos lo más grande de este mundo”. Así comienza la famosa canción de Armando Manzanero; pero ¿te has preguntando qué conlleva ser novio/a de alguien? Yo mismo no me había planteado el asunto hasta que leí un artículo en el periódico El País, de España, titulado: “La indefinición de los novios”.
Según el autor, Álex Grijelmo, establecer el campo semántico de la palabra “novio” actualmente “resulta escurridizo”. El primer diccionario de la Lengua Española, el Diccionario de Autoridades, publicado en 1734, definía así el término en cuestión: “El recién casado, o inmediato a casarse”. El actual Diccionario de la Academia mantiene básicamente la misma idea al prescribir que “novio” es: 1) “Persona que acaba de casarse”; 2) “Persona que mantiene relaciones amorosas con fines matrimoniales”. Pero avanza un poco más y despliega este tercer significado: “Persona que mantiene una relación amorosa con otra sin intención de casarse y sin convivir con ella” (la cursiva es nuestra).
Como estamos hablando entre jóvenes, y aquí no cabe la hipocresía, tenemos que admitir que, en la práctica, la tercera definición es muy común en nuestro medio. Sabes que no quieres, ni puedes casarte, pero insistes en mantener una relación amorosa que no sobrevivirá más allá de unos cuantos pedazos de pizza y varias bolas de helado. Siendo así, ¿será que muchas de nuestras relaciones de noviazgo se convierten en una terrible pérdida de tiempo?
El diccionario de 1734 estaba en sintonía con lo que la Biblia dice cuando habla de novios. En las Escrituras el “noviazgo” alude a un pacto de amor entre personas que poseen la madurez física, mental, espiritual y financiera para entablar una unión permanente por medio del matrimonio. Si yo te preguntara si tienes novio/a, ¿cuál sería tu respuesta? ¿En cuál de las tres definiciones encajaría tu noviazgo? Si esa persona a la que llamas novio/a no tiene intención de casarse contigo, ¿qué sentido tiene mantener esa relación? Pero si él o ella encaja en las primeras dos definiciones del diccionario, entonces puedes terminar la canción y decir: “Somos novios, somos novios”.
TOMADO DE : #VISITAMIMURO Por: J. Vladimir Polanco.

Recordemos hoy lo que nos dice la palabra de nuestro Dios de Amor:  “En una boda, el que tiene a la novia es el novio” (Juan 3:29).



                                                          JOHN CARLOS SOTIL LUJAN

                                    DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
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