Cuando esa mañana Ellen salió de
la habitación, su hijo Sam no podía creer lo que veía.Su madre siempre había sido muy exigente con su apariencia
personal. Se maquillaba con extremo cuidado, se pintaba y delineaba
meticulosamente las uñas, y peinaba con cuidado su cabello. Esa mañana, sin
embargo, algo iba realmente mal. La parte izquierda del cabello de Ellen era
una maraña con mechones en forma de nidos por aquí y allá, la mitad izquierda
de la cara no había sido maquillada y arrastraba la parte izquierda del chal
por el suelo. Ellen, sin embargo, había salido del cuarto solo después de haber
pasado media hora maquillándose, peinándose, y arreglándose… la parte derecha
del cuerpo.
Igualmente, al desayunar, Ellen ignoró completamente lo que se encontraba en la mitad izquierda de su plato.
Igualmente, al desayunar, Ellen ignoró completamente lo que se encontraba en la mitad izquierda de su plato.
Ellen no estaba ciega de su lado izquierdo. Sufría de un mal bastante
común conocido como “síndrome de negligencia unilateral”. El problema no era
que Ellen no viera la mitad izquierda, sencillamente no le prestaba atención.
El médico le demostró a Sam ese hecho con un experimento sencillo. Si levantaba
un dedo a la izquierda de Ellen, frente a sus ojos, pero no lo movía, ella no
lo veía. Si el médico movía el dedo entonces ella se percataba de su presencia.
El sistema que gobierna el hecho de que prestemos atención a las cosas es
bastante complejo y, en gran medida, está lleno de misterios para la ciencia.
¿Qué nos llama la atención, y por qué? ¿Cuáles son los factores determinantes?
Estas preguntas son muy significativas, pero todavía no tenemos respuestas
satisfactorias para ellas.
Por desgracia, muchos cristianos sufren de un problema similar, al que
podemos llamar negligencia espiritual. Son muy cuidadosos con los aspectos
externos de su vida. Son meticulosamente celosos y ordenados en el trabajo y en
los estudios. Escogen la ropa y el arreglo personal con detenimiento y buen
gusto. Sin embargo, su vida interior y espiritual es una maraña de desorden y
falta de atención. Cada mañana, al mirarse en el espejo, se aseguran de que
todo está bien antes de salir; pero Dios, que ve tanto el exterior como el
interior, sabe que algo anda realmente mal. ¿Estás listo esta mañana para
salir? ¿Por dentro y por fuera? Con Dios, manos limpias y corazón puro.
Tomado de : ¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez.
Recordemos EL PENSAMIENTO BÍBLICO DE HOY , que nos dice:
¿Quién puede subir al monte del
Señor? ¿Quién puede estar en su lugar santo? Solo el de manos limpias y corazón
puro, el que no adora ídolos vanos ni jura por dioses falsos.
(Salmo 24:3,4)
JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR