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Archive for septiembre 2015

Algunos psicólogos diferencias entre culpa existencial y culpa neurótica: la culpa existencial, o real, sobreviene cuando hacemos algo malo voluntariamente, que daña u ofende a otros. Es natural, saludable y deseable, en este caso, que nos sintamos culpables.
Dios ha puesto el sentimiento de culpa como un mecanismo mental y moral regulatorio, como una señal de alerta para avisarnos que estamos haciendo algo que no es correcto, y que merece reprobación moral.
Por otra parte, como lo señalamos, este mecanismo puede funcionar de manera exagerada, constituyendo personalidades culpógenas, movidas por la culpa neurótica, o crónica, pues independientemente de si ha hecho bien o mal, la persona siempre se siente culpable, y con una sensación de condenación inminente (humana o divina), lo que le provoca una gran inseguridad personal y angustia. Su origen es de orden psicogénico, y tiene que ver, como ya vimos, con mensajes culpógenos transmitidos por personas significativas (padres, maestros, etc.), especialmente en sus años de formación psicológica. 
Cuando las pequeñas faltas o equivocaciones de los niños son considerados terribles y merecedoras de gran desaprobación moral y rechazo afectivo, cuando se le dice al niño que es malo o que no hace nada bien, o cuando se le exige ideales de perfección irrealizables, y se hace depender de sus logros su aceptación y valoración, se forman individuos de personalidad culpógena.
Busca hoy la excelencia en todas las cosas, y el crecimiento interior espiritual y moral, pero no dejes de ser consciente de que tan solo eres “polvo” (Salmos. 103:14); que eres un ser humano falible, pecador, y que Dios sabe comprender esto, y por esa razón ha decidido amarte y aceptarte por gracia; porque eres su hijo y te ama con un amor eterno y entrañable (Jer. 31:3). Que de igual modo puedas aceptarte a ti mismo, quererte y valorarte como eres, aunque falles a cada paso.
Tomado de:  © El tesoro escondido Por: Pablo M. Claverie.
No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar hoy: 
La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. 2 Corintios 7:10

                                                     JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
                                         www.facebook.com/reflexionesparavivir

Según Carl Rogers, el problema que interfiere en nuestra autenticidad, o congruencia, es que hay un punto en la vida en el que empezarnos a dejar que la “mirada del otro” pese más en nosotros que nuestro propio fuero íntimo, porque no podemos soportar la desaprobación de los demás. Entonces, el camino de la sanidad interna, del retorno a la autenticidad, será aprender a aceptarnos a nosotros mismos incondicionalmente y aprender a aceptar a los demás de esta manera.
Esto no significa aprobar todo tipo de conducta, sino que nuestro valor corno seres humanos, dignos de amor, respeto y valoración está más allá de lo que hagamos, de nuestras equivocaciones, y aun de nuestras, caídas graves. Somos dignos de aceptación, como seres humanos, por el simple pero trascendente hecho de que somos hijos de Dios; criaturas creadas a su imagen y semejanza; sustentadas permanentemente por su amor; y, lo que es más importante, consideradas tan valiosas por Dios que por amor a nosotros entregó a su propio Hijo amado.
Aceptación incondicional, para ti y para los que te rodean, significa que no haces depender de los logros (académicos, laborales, artísticos, deportivos, etc.), de la belleza, de la competencia, de las habilidades, y ni siquiera de la perfección del carácter y la conducta, tu valoración y aceptación de ti mismo y de los demás. Por el contrario, comprendes que cada ser humano es un tesoro por descubrir, que encierra una apasionante y conmovedora microhistoria dentro de la historia, llena de alegrías y dolores, de triunfos y fracasos, de heroísmos y miserias.
Corno has aprendido a aceptar tu condición falible, tus polaridades (hay en ti aspectos muy luminosos, pero también sombríos), y sabes que no eres perfecto, has aprendido a quererte como eres. Solo hay un Juez supremo, que te conoce y te comprende desde antes de tu nacimiento. Y ese conocimiento y comprensión que tiene de ti, lo mueve a tenerte misericordia en tu condición caída y falible, y a amarte conmovido de compasión. (lee Salmos. 103;139)
Tomado de: EL TESORO ESCONDIDO, Por: Pablo M. Claverie.
No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar . Dios te dice hoy: 
A mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo. Isaías 43:4, 5.

                                                     JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
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Ser auténticos no significa no tener en cuenta la opinión de los demás, o la enseñanza de nuestros padres o incluso la voluntad de Dios para nuestra vida. Pero sí significa que todos los valores y las expectativas que nos transmiten la familia, la sociedad y aun la iglesia deben ser sanamente cuestionados por nuestro juicio crítico, y aquellos que consideramos que son correctos deben ser incorporados como propios, por convicción personal, y no simplemente por inercia social, porque "así me educaron" o "así lo dice mi padre, mi profesor, el presidente, el pastor, etc." Y, aun en cuanto a la voluntad de Dios, para que esta sea efectiva y algo genuino en nuestra vida, debe ser incorporada como convicciones personales profundas.
 Ser auténtico significa que no hay un cortocircuito entre lo que sucede en nuestro interior y cómo nos manifestamos ante los demás. Significa poder conectarse con los propios sentimientos, pensamientos y convicciones, en vez de mantenerse alejado de ellos por la presión social.
Jesús no tiene problemas en tocar a un leproso, aun cuando las prescripciones higiénicas y cúlticas de la época prohibían el contacto con estos enfermos (ver Mat. 8:3). No se molesta cuando una mujer cabeza de mala fama derrama un costosísimo perfume sobre su cabeza y sus pies, aun citando todos en esa fiesta la critican a ella por tal acto y a Jesús mismo por permitir semejante desfachatado trato para la cultura de la época (ver Luc. 7:36-50). Es decir, era suficientemente valiente para ser él mismo, sin importarle el aplauso o la descalificación ajenos.
Sin embargo, era cuidadoso, tierno y amable en su trato con la gente humilde y contrita y "nunca dio a un alma sensible una pena innecesaria" (Elena de White. El camino a Cristo, p. 10). Procuraba no ofender innecesariamente incluso a los fariseos, cuando no había principios en juego ni personas que pudieran salir lastimadas (ver Mat. 17:27; 23:3).
Si pudieras ver una película con tu comportamiento diario y la forma en que te relacionas con los demás, ¿estarías satisfecho o te avergonzarías de ti mismo?
Tomado de: EL TESORO ESCONDIDO, Por: Pablo M. Claverie.
No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar . Dios te dice hoy: 
No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Colosenses 3:22.

                                                     JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
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Según el importante humanista Carl Rogers (1902-1987), una de las actitudes fundamentales que hacen al bienestar mental es la autenticidad, o congruencia; es decir, el acuerdo interno, la sinceridad con uno mismo, el permitimos pensar, sentir y hacer lo que realmente hay en nuestro fuero más íntimo, y no actuar gobernados por la mirada de los demás y los deseos ajenos.
Este principio puede, como todas las cosas, ser llevado a un extremo dejándonos conducir únicamente por nuestros sentimientos y pasiones, sin referencia a ninguna ética, y caer, por ejemplo, en una "honestidad brutal: es decir, conductas antisociales, en las que no nos importan los sentimientos y los pensamientos de los que nos rodean.
Sin embargo, muchos de nosotros sentimos tanto el peso de la opinión y la aceptación ajenas que perdemos de vista quienes somos, y no nos atrevemos a ser nosotros mismos, por temor a la no aceptación, al rechazo: no nos permitimos sentir lo que nos dicta nuestro corazón, ni aun cuando esto sea bueno: ni hacer caso a lo que nos dictan nuestra razón y nuestra conciencia, por miedo al "qué dirán”.
Jesús era la sinceridad y la autenticidad personificadas. Vemos, en los evangelios, que no tenía "pelos en la lengua" para decirles a los fariseos y los saduceos lo que pensaba de su hipocresía y malicia (ver. por ejemplo. Mat. 23), aun cuando eso podía reportarle la desaprobación de los dirigentes religiosos, su rechazo e incluso su persecución, como fue, de hecho, lo que le sucedió. No tuvo empacho en comer con publicanos, prostitutas y otra gente de baja calaña social, con tal de salvarlos, aun cuando esto mereció la desaprobación de los dirigentes religiosos de sus días, que lo llamó "amigo de publicanos y pecadores” como quien “a los pecadores recibe y con ellos come” (Mat. 11:19; Luc. 15.2).
Que, con la ayuda de Dios, puedas ser una persona auténtica, genuina, íntegra y ese ser tan especial, único e irrepetible que Dios creó para seguir adornando su creación.
Tomado de: EL TESORO ESCONDIDO, Por: Pablo M. Claverie.
No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar .
Ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. Marcos 12:14



                                                   JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
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Muchos creyentes tienen lo que se conoce como “pensamiento mágico”, y suelen atribuir a un milagro directo de Dios cada cosa para la cual no encuentran o no conocen su explicación.

Por otra parte, muchísimos científicos, a partir del advenimiento del positivismo de Augusto Comte (1798-1857) y el método científico, creen que al haber encontrado la ciencia la explicación de tantos fenómenos del mundo natural no hace falta presuponer la existencia y la intervención de un ser creador y providente al que los “ignorantes” llaman Dios.

El error de este tipo de pensamiento, tanto de creyentes como de científicos o intelectuales escépticos, es no comprender que Dios no es un ser “chapucero”, sino omnisapiente, que creó el universo de acuerdo con una racionalidad maravillosa, estableciendo en él leyes y procesos para que funcione, y que obra permanentemente en forma providencial a través de las leyes y los procesos que él mismo creó.
¿Qué es un milagro, entonces? Es una de las tantas intervenciones de Dios para la cual no hemos encontrado una explicación científica. Pero, si la encontráramos, no dejaría por eso de ser un milagro, una intervención sobrenatural de Dios en nuestro mundo y en nuestra historia.

Entonces, ¿quién sana, Dios o el psicólogo; Dios o el médico? Es una obra conjunta. El médico o el psicólogo conocen (dentro de las limitaciones y la falibilidad humanas) las leyes y los procesos mediante los cuales funciona correctamente el organismo humano (incluida la mente). Dios, entonces, actúa por medio de la ciencia médica o psicológica correctas, y de quienes las ejercen, para obrar con su poder sanador y restaurador.

Si tienes perturbaciones mentales, conflictos emocionales, psicológicos, y eres creyente, lo primero que debes hacer es buscar la ayuda de Dios para resolverlos. Pero también será muy bueno recurrir a un consejero que comparta tu fe (llámese psiquiatra, psicólogo, consultor psicológico, pastor, sacerdote, rabino), confiando en que Dios obrará a través de su sabiduría profesional para ayudarte a resolver tus conflictos.

Tomado de: EL TESORO ESCONDIDO, Por: Pablo M. Claverie.

No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar hoy: 

Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es... el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida. Salmo 103:2-4.


                                                     JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
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Los criterios de salud mental suelen ser estadísticos: se toman ciertas características de la media de la población, y lo que se aleje de estos criterios sociológicos de salud mental se considera enfermo, mientras que la salud mental estaría definida por el acercamiento a estos criterios. De esta manera, el hombre es la medida del hombre. 

Sin embargo, como creyentes, para saber cuál es el hombre ideal, cuál es el criterio para la salud y la enfermedad, y del bien y el mal, debemos recurrir al plan original de Dios para la raza humana: la imagen y semejanza con Dios; como también tener en cuenta el cambio producido en nuestra naturaleza por la intromisión del pecado en el plan ideal de Dios. Lo que se aleje de este criterio es enfermo, por más que este concepto hiera el narcicismo humano.

Las teorías humanistas sobre la naturaleza humana son halagüeñas para nuestro ego, pero la tan mentada teoría de que ciertas conductas son legítimas porque son “naturales”, porque surgen espontáneamente del núcleo de nuestra naturaleza, porque son “lo que uno siente”, y que “hay que hacerle caso al corazón, que nunca se equivoca”, fallan en la base del concepto.

 Hoy por hoy, lo “natural” en el hombre está corrompido por el mal, por el pecado, y no es confiable como criterio último para gobernar nuestra conducta, y para decidir qué es sano y qué es enfermo* Por eso, la Palabra de Dios nos advierte: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías . 17:9).

De ahí que nuestro Señor Jesucristo, en nuestro texto de reflexión para hoy,  nos diga que la gran necesidad que tiene el ser humano, incluso para su salud mental (ya que, como señalamos anteriormente, no podemos separar lo espiritual de lo psicológico), es la de un nuevo nacimiento espiritual, de origen sobrenatural, por la obra regeneradora y sanadora del Espíritu Santo, cuyo fruto es “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gál. 5:22,23).

Tomado de: EL TESORO ESCONDIDO- Por: Pablo M. Claverie.

No olvidemos  el texto Bíblico para reflexionar hoy: 

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. ( San Juan 3:6, 7.)

Que la bendición de nuestro Dios pueda estar con nosotros cada día para que todos lleguemos cada vez mas al elevado ideal que el propuso para todos.


                                                     JOHN CARLOS SOTIL LUJAN
                                  DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
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