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¿Cuál dirías que fue tu mejor momento de todo este año?

Seguramente muchas cosas buenas y malas te sucedieron. Quizás el momento en que supiste que pasaste de año en el colegio, o cuando esa personita sentada en la banca de adelante en la iglesia te sonrió, o el momento glorioso en que anotaste un gol en ese partido tan difícil. Probablemente, el mejor momento para ti fue cuando el médico entró a tu habitación del hospital y te dio el alta. Para otros, el mejor momento fue ver a su padre regresar a casa, o cuando alcanzaron la cumbre de aquella montaña tan alta. Tal vez, cuando recibiste esa noticia que cambió tu vida; el día que viajaste a tu lugar favorito; la hora en que conversaste con aquella persona que admiras.

Para ti, ese fue el mejor momento de este año. Para Jesús, el mejor momento del año sucedió cada mañana desde el 1” de enero hasta el 368 día de hoy.

Cada vez que sonó tu despertador, te estiraste de mala gana y pusiste un pie en el piso, mientras deseabas que la noche hubiera sido más larga; cuando abriste por completo los ojos y respiraste conscientemente, aunque hayas gruñido con el cabello alborotado, los ojos lagañosos, el aliento como de león y la almohada marcada en el rostro. Justo en ese momento en el cielo celebraron que seguías con vida al amanecer. Para Jesús, el mejor momento es cuando te ve tal y como eres al amanecer, libre de todo. Te ve y renueva el amor que te tiene. Te da otra oportunidad. Te toma de la mano aunque sigas con sueño. Si lo dejas acompañarte, caminará contigo a todos lados.

Cada mañana de este año fue una oportunidad para empezar de nuevo con Jesús. Si por alguna razón no la aprovechaste, recuérdalo cada mañana que te regale de aquí en adelante.

"Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad!" (Lamentaciones 3:23).

TOMADO DE : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día,  Por: Yaqueline Tello Ayala.

                                           JOHN CARLOS SOTIL LUJAN

                                    DIRECTOR DEL WEB BLOG REFLEXIONES PARA VIVIR
                                                www.facebook.com/reflexionesparavivir




Mientras Miguel terminaba de armar el árbol de Navidad en la sala de su casa, se podían escuchar desde la cocina los villancicos que sonaban en la vieja radio a pilas que mamá colocaba sobre el refrigerador. Qué hermosa que era esa fecha. Parecía que todos los problemas de la casa se habían esfumado, y solo reinaba una atmósfera de paz y felicidad.

Ya estaba casi todo listo y solo faltaba colocar la estrella, cuando surgió un problema. Era muy alto para que Miguel pudiera alcanzar la punta del árbol. Entonces, él le pidió ayuda a su hermano David, quien lo levantó en sus brazos para que pudiera alcanzar la puntita del árbol.

Un poco más tarde, junto a la mesa, estaba toda la familia reunida, lista para disfrutar de una rica cena navideña. Justo antes de dar gracias a Dios por los alimentos, el papá le preguntó a Miguel qué es lo que más le gustaba de la Navidad. 

Una sonrisa se dibujó en el rostro del pequeño, mientras miraba de reojo debajo del árbol que estaba frente a la mesa, y respondió: “Los regalos, papá, sin duda lo que más me gusta de la Navidad son los regalos”.

Pareciera increíble que la fecha en que el mundo dice recordar un acontecimiento tan trascendente para su destino, que recuerda aquel acto de generosidad jamás visto, se dedique a autogratificarse y a satisfacer su egoísmo.

Si hay un espíritu que debe reinar en la Navidad es el de dar, el de ofrecer, el de negarse a sí mismo por el bien de los demás  “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Dar fue la mayor manifestación de Dios hacia el ser humano. El Señor dio lo más valioso que tenía: su propio Hijo. 

El espíritu de la Navidad es donar, regalar. Pero ¿qué clase de regalo?

El regalo del que estoy hablando no se compra en un almacén de barrio ni se lo ofrece en las grandes tiendas de las capitales del mundo. Por otra parte, tampoco habría suma de dinero capaz de pagarlo. Es más, es el único regalo que puede llenar nuestro anhelo más profundo.

 Alguien dijo, alguna vez, acerca de nuestra mayor necesidad:

“- Si nuestra mayor necesidad hubiera sido la información, Dios nos habría enviado un educador.
“- Si nuestra mayor necesidad hubiera sido la tecnología, Dios nos habría enviado un hombre de ciencia.
“- Si nuestra mayor necesidad hubiera sido el dinero, Dios nos habría enviado un economista.
“- Si nuestra mayor necesidad hubieran sido los placeres, Dios nos habría enviado un animador de fiestas.
“- Pero, nuestra mayor necesidad es el perdón, de modo que Dios envió un Salvador”.

Jesucristo, el Salvador del mundo, es el mayor regalo que podemos recibir y también dar en esta Navidad. No gastes energías en vano. En esta Navidad, puedes recibir a Jesús en tu corazón y compartirlo con tus seres queridos.

Tomado de Revista Acción Joven. 
Adondequiera que vayamos, encontramos personas que. por su forma de ser, pretenden convertirse en el centro alrededor del cual gire todo lo demás. Son hombres y mujeres que se entusiasman hablando de sí mismos, y parecería que viven enamorados de lo que son, Todo lo que no les pertenezca pierde interés para ellos porque, en realidad, viven para sí mismos, ¿No es esta la clase más perniciosa de desamor 

Aun por su forma de hablar, cualquier persona puede revelar si hay egoísmo o no en su corazón, Hace un tiempo, se hizo un sencillo experimento entre personas de habla inglesa, y se llegó a comprobar que mientras que una persona normal, en una conversación corriente, menciona una sola
vez cada 36 palabras los vocablos yo, mí o mío, la persona enferma de la mente menciona una de estas palabras cada vez que pronuncia.

Vale la pena, entonces, examinarnos a nosotros mismos, a la luz de la frecuencia con que pronunciamos estas palabras delatoras del egoísmo humano, Es verdad que, en el caso del experimento citado, la presencia del egoísmo se debía a la enfermedad, Pero, no por eso deja de ser cierto, también, que la enfermedad mental en muchos casos se ha gestado en un terreno abonado por un pronunciado egoísmo crónico.

Podría afirmarse, entonces, que el egoísmo es a menudo , causa y consecuencia de las perturbaciones emocionales,que tanto abundan en nuestro tiempo. Y, en medio de este cuadro, una gran lección salta a la vista: y que, por el bien y la felicidad que todos ansiamos, ¿no deberíamos aprender a mirar hacia afuera y a brindarnos con corazón abierto a nuestro prójimo?

Para que la vida merezca ser vivida, debe estar exenta,de toda clase de egolatría. Porque, de lo contrario, ¿no nos convertimos en chicuelos inmaduros y caprichosos, asfixiados dentro del cascarón de nuestro propio yo?

Tomado del Libro EL PODER DEL AMOR- DEL DR. ENRIQUE CHAIJ.


                                                        JOHN CARLOS SOTIL LUJAN

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Muchos son los enemigos del amor. Algunos de ellos, disimulados y encubiertos; otros, a la vista del más Ingenuo observador. Aquí, solo mencionamos unos pocos de ellos.

Comencemos señalando al peor de tales enemigos, y del tal proceden todos los demás: El egoísmo. Quien posee este vicio del alma se opone al amor, y está incapacitado para servir y para convivir amistosamente con sus semejantes.

Por eso, el egoísta siempre vive vacío, resentido y receloso. Y por eso, también como resultado, vive descontento consigo mismo, destilando amargura y hostilidad.

Alguien ha dicho: "Si usted desea ser miserable, piense exclusivamente en usted mismo.Hable acerca de usted mismo.Use la palabra "Yo" toda vez que pueda. Preocúpese por la opinión que otros tengan de usted. Pretenda ser apreciado. Procure obtener ventaja para usted mismo de cada situación.Soslaye sus deberes, en la medida de lo posible. Haga lo menos  que pueda en favor de otros. Por encima de todo Amese a usted mismo. Esta receta no falla jamás. Quien la siga fielmente terminará siendo un "perfecto egoísta ".

Debemos reconocer que, debido él la maldad que nos rodea, muchos han llegado a encerrarse egoístamente en sí mismos y se han alejado de su prójimo. Se han aislado de los demás. Y este aislamiento los ha llevado al fracaso. la soledad y la angustia.

La vida sana exige del hombre y cle la mujer un mínimo de comunicación y de interés en los demás. Y esto es tan cierto que, como dijera el célebre psiquiatra Carlos Menninger, "el mayor problema en la rehabilitación de los enfermos mentales consiste en lograr que se interesen en los demás. En cuanto comienzan a dar muestras de interés en otros, empieza una rápida mejoría". Una persona replegada
en su propio mundo está, pues, enferma de la mente, y no puede ser feliz hasta tanto no cambie su actitud ante la vida y ante los demás.

Frente a esta enfermedad, tan universal y tan dañina, cuán sublime se vuelve la enseñanza cristiana, que insta al amor desinteresado, que promueve la fraternidad y ensalza el espíritu servicial. Esto es lo que brinda vida plena y felicidad al corazón.

Tomado del Libro EL PODER DEL AMOR- DEL DR. ENRIQUE CHAIJ.


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Poco  tiempo después de la Segunda Guerra Mundial, en cierto orfanato de Europa se dio el caso de un grupo de criaturas, cuya edad oscilaba entre los tres meses y los tres años, que -según el informe médico- enfermaron o murieron por falta de amor.

Las criaturas fueron vestidas y alimentadas convenientemente, y se les dio la atención médica que correspondía.Solamente faltaba un elemento. El personal de la institución era sumamente escaso, y cada enfermera debía cuidar a un grupo demasiado numeroso de huerfanitos desvalidos.Apenas sí podían alimentar, vestir y bañar a las criaturas.No tenían tiempo para estar a su lado, para consolarlas o para demostrarles alguna clase de afecto.

Después de tres meses de internación, aparecieron síntomas  de serias anormalidades. Y, a los cinco meses, los niños habían agravado rápidamente. Algunos enloquecieron por causa de la soledad y el temor, 27 murieron en su primer  año de vida y 7 más murieron en su segundo año. Otros 21 que lograron sobrevivir quedaron tan perjudicados por esta experiencia que fueron clasificados como neuróticos incurables. 

La falta de amor había destrozado la vida de más de la mitad del grupo.

Al reflexionar en esta triste experiencia, surge la inquietud: ¿No estará ocurriendo hoy en general algo parecido en nuestra sociedad? Mientras que el hombre continúa realizando sus grandes hazañas de conquista espacial, ¿no estará olvidando que conquistas aún mayores, y mucho más útiles, pueden lograrse para el bien de todos mediante el cultivo del amor puro y abnegado?

En este mismo tiempo en que tanto abundan las enfermedades de la mente, cuánto se podría hacer para prevenirlas o evitarlas si aprendiésemos a amarnos los unos a los otros. Todavía el amor sigue siendo la fuerza más poderosa, y no hay técnica o moral moderna que pueda desterrarlo sin que se sientan sus trágicos efectos. 

¿Quién podría concebir una amistad sin amor, un hogar sin afecto, o un alma noble sin este principio superior que da sentido a la existencia?

La cortesía, el respeto, la afabilidad, la comprensión, la simpatía y tantas otras virtudes que abren puertas y hacen grata la vida no son más que frutos de esta fuerza que llamamos amor.

Tomado del Libro EL PODER DEL AMOR- DEL DR. ENRIQUE CHAIJ.


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El amor es la fuerza más poderosa del mundo. El hombre no muere cuando deja de existir, sino cuando deja de amar. "El que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él" (San Juan).


Podría escribirse algo nuevo acerca del amor? ¿Existirá algún matiz del tema que aún no se haya descubierto? ¡Tan conocido y, a la vez, tan profundo! Común y misterioso. Humano y divino. Siempre dinámico, práctico, solidario y constructivo. Así es el amor.

En su mejor expresión, el amor nunca es estático o improductivo. Es la gran fuerza que energiza la vida y la lle na de nobleza. No hay sentimiento humano que supere el amor, ni virtud que lo aventaje.

¡Cuán radiante es la vida con amor! ¡Cuán débil el mundo sin este poder!, ¿Qué lugar ocupa el amor en la realidad cotidiana? ¡,Abunda o escasea? Tal vez lo que ocurre con la Enciclopedia Británica insinúe alguna forma de respuesta. La primera edición de esta magna obra, que data del año 1768,dedicaba a la palabra "átomo" solamente cuatro líneas, mientras que a la palabra "amor" le dedicaba cinco páginas.

Pero, curiosamente, en una de las ediciones de mediados de siglo XX, el término "amor" ni se menciona en dicha enciclopedia. En cambio, el comentario sobre el "átomo" ocupa cinco páginas completas. Y esta misma enciclopedia universal, en su edición de 1973, seguía sin mencionar la palabra "amor", en tanto que al término "átomo" y sus derivados les dedica nada menos que ¡veinte páginas!

¿Nos dice algo este hecho realmente llamativo? ¿No será apenas una muestra de lo que está sucediendo también en la vida corriente de los seres humanos? Nuestro mundo sigue produciendo y acumulando mucha energía atómica, mientras que se va empobreciendo en su energía afectiva.
¿Por qué no ser más equilibrados, y colocar cada fuerza en su respectivo nivel, en lugar de eliminar o descuidar lo que debería ser prioritario? ¿Quién podría negar la importancia suprema del amor? ¿Existe acaso en el mundo algún poder mayor?

Muchos podrán considerar el amor como un mero impulso emocional, o como una simple expresión de bondad. Aun así, sería un bien de alto valor espiritual. Pero, el verdadero amor es mucho más que eso. Es la fuerza que despierta la voluntad, enciende el entusiasmo y enriquece la vida. Sin amor, todo languidece. y el mundo se llena de violencia y de maldad. Tanto en las relaciones familiares e interpersonales como en las de orden internacional, el amor fraterno sigue siendo el componente de mayor necesidad.

Podemos  vivir sin todos, los recursos y la fuerza del átomo, pero quien podrá vivir y convivir sin el poder del amor en su corazón?  ¡Qué mundo de ensueño podríamos tener si supieramos amar de verdad!

Tomado del Libro EL PODER DEL AMOR- DEL DR. ENRIQUE CHAIJ.


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Los máximos dirigentes mundiales confiesan sus limitaciones para resolver la crisis moral de nuestros días, las diversas instituciones de bien público admiten sus escasos adelantos para elevar el comportamiento humano.Aun la escuela, la iglesia y el hogar reconocen su impotencia  para modelar la vida individual y mejorar el quehacer colectivo.

Como consecuencia, un elevado porcentaje de la población de cualquier país se muestra frustrada y decepcionada. El optimismo decrece. La insatisfacción aumenta. Y, del corazón disconforme de millones de hombres y mujeres, brotan las preguntas: "¿Por qué estamos estancados?" "¿Por qué existe tanta maldad?" "¿Por qué no  podemos cambiar el mundo?" "¿Por qué no tenemos más alegría?"

Y la respuesta a estos interrogantes quizá sea tan simple como dramática: todo se debe al egoísmo humano; al excesivo individualismo, que segrega a los hombres, y los vuelve fríos y hostiles entre sí. Esto es lo que el Dr. Enrique Chaij ha observado a lo largo de los años, y lo que señala .Pero siempre lo hace para, luego, destacar EL PODER DEL AMOR,( titulo de uno de sus libros), como la fuerza ennoblecedora que cambia la vida y que también podría crear un mundo mejor.

Tomado del Libro EL PODER DEL AMOR- DEL DR. ENRIQUE CHAIJ.


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Alberto lidiaba cada noche con el mismo problema. Cuando sus padres apagaban la luz, él no podía dormir. Por su cabeza cruzaban muchos pensamientos que le impedían dormirse. Miraba la luz del despertador y veía cómo los minutos pasaban lentamente mientras él permanecía despierto. Después de algún tiempo sus ojos se cerraban, pero algún pensamiento repentino lo despertaba de nuevo. Eso se repetía con frecuencia, hasta que el cansancio lo venda y se quedaba dormido. Su salud empezó a decaer. Enfermaba, le empezó a ir mal en el colegio. Durante el día, estaba malhumorado y triste. Cuando empezaba a anochecer, el temor de no poder dormir se apoderaba de él.

Una mañana, durante el desayuno, le contó a sus padres lo que le ocurría. Lo llevaron inmediatamente al médico. Este le recomendó hacer ejercicio todos los días, no comer alimentos endulzados, refinados, enlatados; no más salchichas y otros embutidos; sobre todo, le recomendó orar y leer su Biblia antes de dormir. 

El padre de Alberto se sorprendió de la receta; había pensado que le darían un medicamento para dormir. Lo que Alberto necesitaba era cambiar sus hábitos y poner en orden su vida, no una pastilla. Aún no cumplía catorce años y padecía enfermedades de un hombre de cuarenta, y todo por no dormir adecuadamente.

Revisa tus hábitos, qué comes, qué has visto, en qué piensas al momento en que apagas la luz. Dedica siempre un momento para meditar en Cristo Jesús antes de dormir. Lee un fragmento de tu Biblia, ora a Jesús y cuéntale lo que te sucedió durante el día. Apaga la luz y habla con él hasta que te duermas. Si por alguna razón no tienes sueño, pero es hora de apagar la luz, en lugar de angustiarte, acuérdate de Dios; verás que pondrá paz en tu corazón.


Tomado de : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día, Por: Yaqueline Tello Ayala.

No olvidemos lo que la Sabiduría de nuestro Dios, nos dice hoy:
“¡Dios mío, tú eres mi Dios! Con ansias te busco, pues tengo sed de ti; mi ser entero te desea […]. Por las noches, ya acostado, te recuerdo y pienso en ti" (Salmo 63:1, 6).

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Un hombre muy famoso por su ateísmo y que había difundido que Dios no existía, fue invitado a dar una conferencia ante una gran multitud. Habló sobre las razones por las cuales afirmaba que Dios no podía existir. Al final de su exposición, pidió a todos aquellos que tenían dudas que pasaran al frente e hicieran su pregunta públicamente.

Un hombre se levantó. Muchos de los que estaban ahí lo conocían bien. Hacía tiempo que lo había perdido todo: familia, empleo, amistades, debido a su alcoholismo. Era conocido como "El borracho". Pero algunos meses antes había conocido a Dios, quien cambió su vida y lo ayudó a recuperar todo. "El borracho" llegó hasta la plataforma y tomó el micrófono. En lugar de hacer la pregunta al conferencista ateo, sacó una naranja de su bolsa y se puso a quitarle la cáscara.

El ateo le pidió que hiciera su pregunta, pero el hombre continúo y comió la jugosa naranja. Después se acercó al micrófono, miró a los ojos al ateo y preguntó:
-¿Mi naranja estaba ácida o dulce?
El conferencista, muy molesto, contestó con voz fuerte:
-¡¿Por qué voy a saber cómo era su naranja, si no la probé?!
El hombre al que Dios había transformado miró con compasión al ateo y le dijo:
-Estimado señor, ¿cómo puede usted hablar así de Dios, si nunca lo ha probado?

Observa con atención a tu alrededor. Prueba en tu vida que Dios existe. Él es tan bueno que tiene planes para ti hoy. Solamente quien prueba las bendiciones de Dios puede hablar de él. Después de probarlo, es imposible negar su existencia. El Señor es bueno y quienes lo prueban, encuentran en él un buen lugar para refugiarse. ¡Pobres de aquellos que no lo han probado!

Tomado de : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día, Por: Yaqueline Tello Ayala.


No olvidemos lo que la Sabiduría de nuestro Dios, nos dice hoy:

“Prueben, y vean que el Señor es bueno. ¡Feliz el hombre que en él confía!” 
(Salmo 34:8).


                                                         JOHN CARLOS SOTIL LUJAN

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Todos nos preguntamos sobre el destino final de nuestro planeta, de la humanidad y de nuestra propia vida. Concepciones antiguas (y no tanto) sobre la historia consideran que los fenómenos históricos suelen repetirse, en un ciclo de nacimiento, surgimiento, auge, descomposición y caída de las civilizaciones, para comenzar otro ciclo.

En la Modernidad se creía que el hombre podría realizar la “utopía del progreso”, desterrando mediante su genio y su voluntad los males de la humanidad. Pero las dos guerras mundiales del siglo XX han dado un golpe casi mortal a esta ilusión humanista, al demostrar la capacidad de autodestrucción que ha generado el avance científico, unido al fracaso moral del hombre para hacer “ciencia con conciencia”, y hoy, en la Posmodernidad, se habla del “fin de las utopías”, del “fin de la historia”.

Pero nuestro texto de reflexión para hoy nos anuncia cuál será el destino final de la historia humana y de nuestra microhistoria personal: la instauración del eterno Reino de Dios en la segunda venida de Cristo.

Esta profecía de Daniel 2 es muy importante y fundacional, porque da inicio a una serie de profecías que representan idénticos períodos históricos y poderes terrenales, bajo distintos simbolismos que se despliegan en este capítulo, y en los capítulos 7 y 8 del mismo libro, y que luego se retoman en el Apocalipsis, en los capítulos 12, 13 y 17*

Los sucesos convulsivos de nuestro mundo, el agotamiento ecológico del planeta y la capacidad armamentística del hombre para exterminar a la humanidad con solo “apretar un botón” nos hablan a gritos de que es tiempo de que Dios intervenga para evitar que nos autodestruyamos.

¿Quieres participar del reino glorioso de Dios? Entonces, prepárate para habitar en él empezando a vivir ahora como esperas vivir en el cielo.

EL TESORO ESCONDIDO, Por: Pablo M. Claverie.

Muy temprano salió el pastor con sus cien ovejas. Tenía todo lo necesario para pasar el día. Las llevaría a pastar lejos de casa. Las contó, asegurándose de que no faltara alguna. La última le pareció un poco distraída y terca, pero la jaló con su bastón y caminó con las demás.

El día transcurrió. Se sentía bastante cansado. Juntó su rebaño y, antes de llevar a las ovejas de regreso, las contó una a una: 1,2,15,49, 78,99… Pensó que se había equivocado, así que volvió a contarlas. ¡No podía ser! Tenía 99 nada más. Faltaba la distraída y terca que estuvo por quedarse en el corral. Sin dudarlo se puso a buscarla; no podría regresar a casa sin esa oveja. Cada una de ellas era importante para él, pero a esa le daba especial cuidado; nunca podría darla por perdida.

La sacrificada búsqueda fue fructífera: ahí estaba, con la pata lastimada, detrás de unos espinos. ¡Solamente a ella se le pudo ocurrir alejarse del rebaño! Cerca del pastor nada le hacía falta; su curiosidad le había causado daño.

El pastor la liberó. Con cuidado, la puso sobre sus hombros y junto con el resto del rebaño regresó a casa. Estaba tan feliz por haberla encontrado que convirtió la cena de aquella noche en una gran fiesta con sus vecinos y amigos.

Alguien preguntó: “¿Pueden decirme qué celebramos esta noche?” El pastor se puso de pie:

-¡Esta tarde encontré una oveja perdida, así que celebren conmigo, porque estoy muy feliz!

Todos aplaudieron; aunque no entendieron muy bien por qué tanta fiesta por una simple oveja terca y distraída.

Jesús es ese pastor y nosotros, sus ovejas. ¡Al lado de Jesús nada te hace falta! No vale la pena alejarte de él para probar qué se siente meterte en problemas. Pero si has desobedecido, recuerda que para él no eres una simple oveja. Llámalo; te cargará en sus brazos y, después, hará una gran fiesta en el cielo porque te encontró. ¡Tú eres, para él, un motivo para celebrar!

Tomado de : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día, Por: Yaqueline Tello Ayala.

No olvidemos lo que la Sabiduría de nuestro Dios, nos dice hoy:

“Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido” 
(Lucas 15:6).

Si por razones o motivos de la vida nos apartamos del camino de nuestro Buen Pastor Divino, no olvidemos que El estará alegre cuando nos encuentre y nos haya traído de regreso a su rebaño.

                                                         JOHN CARLOS SOTIL LUJAN

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Los niños del jardín de infantes fueron de excursión a una escuela secundaria. Parada obligatoria fue el laboratorio de Química y Biología. Los chicos de tercero de secundaria les explicaron a los pequeños que no podrían entrar si no tenían las batas de laboratorio puestas, así que les prestaron las de ellos.


Todos de blanco, se sentaron en los bancos altos. Con los pies colgando y moviéndolos nerviosamente, se dispusieron a observar la clase del día, que impartía la profesora, una reconocida investigadora de aquella ciudad. El tema de la clase era la placa de Petri.

La maestra mostró aquel pequeño recipiente redondo de cristal transparente con tapa y preguntó si alquien sabía para qué servía. Una manita se levantó.
-¿Cómo te llamas? -preguntó ella.
-Me llamo Rodolfo.
-Dime, Rodolfo, ¿para qué piensas que sirve esta placa de Petri? El pequeño respondió, sin dudar:
-Sirve para que nos hagan una gelatina, porque ya tenemos hambre. Espero que tenga muchas de esas, porque son muy pequeñas.

Ese día, la explicación de la investigadora sobre la placa de Petri tuvo que ser muy básica.
-La placa de Petri sirve para cultivar bacterias en gelatina especial. Como las que traen en las manos cuando no se las lavan, o las que tienen los alimentos cuando se echan a perder.

Tu mente es como una placa de Petri, en la que puedes cultivar bacterias que pudran tus pensamientos y te echen a perder la vida; o puedes cuidarla, sin contaminarla, cultivar en ella lo que a Dios le agrada, para que seas feliz por la eternidad.

“Antes que cualquier otra cosa, adquiere sabiduría y buen juicio’’ (Proverbios 4:7).

Tomado de : CIENCIA DIVERTIDA Para cada día, Por: Yaqueline Tello Ayala.



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