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Archive for abril 2013


Sir Walter Raleigh era uno de los hombres más brillantes de la corte de la reina Isabel I de Inglaterra. Era un experto científico y escribía poemas que aún hoy se consideran excelentes. Era un buen líder, un activo empresario y un gran capitán naval, además de un cortesano apuesto y encantador, que sedujo a la propia reina y llegó a ser uno de sus favoritos. Sin embargo, dondequiera que él iba la gente le bloqueaba el camino. Más adelante cayó en desgracia, fue condenado a prisión y murió decapitado.
Raleigh no comprendía la inflexible oposición que encontraba en los demás cortesanos.
No lograba ver que él no solo no había hecho ningún intento de disimular el nivel de sus habilidades y cualidades, sino que las exhibía ante todos, haciendo gala de su versatilidad, convencido de que con eso impresionaba a la gente y ganaba amigos. En realidad, esa actitud solo le granjeó silenciosos enemigos, gente que se sentía inferior a él y que haría todo lo posible por arruinarlo en el momento en que cometiera la menor de las equivocaciones.
Al final, la razón por la cual fue decapitado fue un cargo de traición, pues la envidia encuentra mil formas de enmascarar su carácter destructivo.
 La envidia generada por Sir Walter Raleigh es la peor de todas: fue Inspirada por su gracia y talento naturales, que él sentía que debía manifestar en su plenitud.
El dinero es algo que puede conseguirse. El poder, también. Pero una inteligencia superior, un físico agraciado y un encanto personal son cualidades imposibles de adquirir. En cambio, cuando el arzobispo de Retz fue ascendido al rango de cardenal, en 1651, sabía m uy bien que muchos de sus excolegas lo envidiarían. Consciente de que sería torpe perturbar a quienes ahora se hallaban por debajo de él, Retz hizo cuanto pudo para minimizar sus méritos. Para que los demás se sintieran cómodos, actuaba con humildad y deferencia como si nada hubiera cambiado. Luego escribió que aquellas políticas inteligentes “produjeron buen efecto, pues redujeron la envidia que sentían hacia mí, que es el más grande de los secretos”.
Como ves, Dios nos pide que consideremos a los demás “como superiores” a nosotros mismos, no solo como la muestra de una vida humilde y cristiana, sino como un medio práctico para vivir en paz, no despertando la envidia de nadie. Ten cuidado al exhibir tus virtudes, sean físicas, mentales o espirituales. Es un asunto de honestidad porque en realidad pertenecen a Dios.
                     Tomado de : ¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
    Por Félix H. Cortez.

Recordemos EL PENSAMIENTO BÍBLICO DE HOY , que nos dice: 
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos (Filipenses 2:3)

JOHN CARLOS SOTIL LUJAN 
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR



Simon Wiesenthal cuenta en su libro The Sunflower [ El girasol], algo que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial en uno de los campos de concentración nazi donde estuvo preso. Un joven oficial de la SS (escuadrones de seguridad) estaba gravemente herido y había pedido que se trajera ante su presencia a alguna persona de origen judío. La SS fue una de las organizaciones más grandes y poderosas de la Alemania nazi y responsable de las mayores atrocidades contra los judíos como, por ejemplo, la administración de campos de exterminio donde murieron millones de personas. Simón Wiesenthal cuenta que él fue seleccionado para comparecer ante el joven oficial agonizante. Cuando llegó, el alemán empezó a confesar los crímenes que había cometido contra los judíos y después le pidió a Simón que lo perdonara. ¿Qué habrías hecho tú? ¿Lo habrías perdonado?

Simón Wiesenthal comenta que rehusó perdonarlo. Tal vez tenía razón. Solo puede perdonar una ofensa aquella persona que la ha recibido. Simón no había sido víctima personal de ese oficial y por lo tanto no podía perdonarle sus crímenes. Toda búsqueda de perdón requiere un acto de confesión honesto; es decir, una confesión ante la víctima. ¿Qué pasa cuando la persona que ha sido víctima de una ofensa no tiene el ánimo de hacerlo, si ha muerto, por ejemplo, o no está dispuesta a perdonar? ¿Es imposible obtener el perdón en estos casos? La Biblia dice que Dios es quien, finalmente, otorga el perdón. Esto es así porque cualquier ofensa que realizamos contra otro ser humano es una ofensa contra Dios, su Creador y Redentor.

El hecho de que Dios sea quien otorgue el perdón no nos libera, sin embargo, de la responsabilidad de perdonar a quienes nos han causado daño. Dios ha dicho que perdonar a quienes nos ofenden es un deber del cristiano. Desde el punto de vista bíblico, el perdón a los demás no es opcional. Cristo mismo lo ejemplificó cuando perdonó a sus verdugos mientras moría en la cruz. Esta es quizá una de las responsabilidades más difíciles que el cristiano debe cumplir. Cuando pienso en esta responsabilidad llego a la conclusión de que solo Dios puede ayudarnos a cumplirla cuando nos da su Espíritu. Cuando perdonamos nos parecemos más a él. Además, somos transformados para participar en la obra de restaurar a otros.
Hoy te invito a perdonar a quienes te han lastimado. No importa quiénes sean. Tal vez estén lejos, pero haz tuya la oración de Jesús: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Luc. 23:34)..
                          Tomado de : ¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
    Por Félix H. Cortez.

Recordemos EL PENSAMIENTO BÍBLICO DE HOY , que nos dice: 
Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados (Mateo 26:28).]

JOHN CARLOS SOTIL LUJAN 
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR


Alguna vez has escuchado el dicho que reza: «Mente ociosa, taller de Satanás»? Creo que es más cierto de lo que imaginamos. Es muy frustrante observar a cientos de jóvenes que pierden el tiempo. Puedes verlos sentados en las aceras mirando pasar los vehículos, o muy entretenidos con un vídeo juego, o pasando horas en páginas improductivas de Internet. La cuestión es que la ociosidad no es inofensiva, al contrario, es una verdadera bomba de tiempo.
Los momentos de ocio son los favoritos de Satanás para atacar con más fuerza. Entonces bajamos la guardia y somos más vulnerables. Si supieras cuántas desgracias han ocurrido en este mundo en el lamentable contexto de la ociosidad. La ociosidad nunca viene sola. Tiene compañeros indeseables que arruinan la vida de cualquier persona, especialmente los jóvenes. Elena G. de White describe el caldo de cultivo para meterte en graves problemas: «La ociosidad, la falta de ideales, las malas compañías, pueden ser las causas que predisponen a la intemperancia» (La educación, cap. 22, p. 184). El consumo de alcohol, tabaco y drogas ocurre justamente en medio de estos espacios de desocupación. Ahí también puedes agregar la pornografía, la delincuencia, la pereza. De ahí que la ociosidad sea considerada como un pecado (Mente, carácter y personalidad, t. 1, cap. 14, p. 125).
La mente humana tiene que estar activa, siempre aprendiendo y tratando de ejecutar nuevos proyectos. Eso te traerá buen ánimo, optimismo y espíritu de servicio. En cambio, la ociosidad te hundirá en la depresión, el pesimismo y la desesperanza, además de mantenerte de mal humor en todo momento. ¿Te imaginas? ¡Te volverás insoportable! En realidad, es muy poco el tiempo que pasaremos por este mundo. ¡Por lo tanto, hay que aprovecharlo al máximo! No te puedes permitir el lujo de derrocharlo.
El versículo de esta mañana también vincula la ociosidad con la pobreza. A mí me llama la atención que haya tanta gente de escasos recursos que reclama oportunidades. ¿Pero hasta dónde podemos decir que son víctimas de su propia ociosidad? Tienes que hacer que las cosas sucedan. Y ahora que eres joven es cuando se pueden adquirir los hábitos de laboriosidad que más adelante te van a ayudar a triunfar en la vida.
Te invito a que adquieras hábitos de laboriosidad en tu vida: levántate temprano, arregla tu cama, haz ejercicio, asea tu habitación, cumple con tus tareas escolares, lee un libro. Además, puedes aprender algún oficio que te será muy útil en el futuro. No olvides que Dios nos juzgará especialmente por la manera como usemos el tiempo durante nuestra vida.
                   Tomado de : ¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
    Por Félix H. Cortez.

Recordemos EL PENSAMIENTO BÍBLICO DE HOY , que nos dice: 
LAS MANOS OCIOSAS CONDUCEN A LA POBREZA; LAS MANOS HÁBILES ATRAEN RIQUEZA” (Proverbios 10: 4)..

JOHN CARLOS SOTIL LUJAN 
DIRECTOR DEL WEB BLOG - REFLEXIONES PARA VIVIR


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